El liderazgo es un factor clave para el éxito de cualquier organización, ya sea pública o privada, grande o pequeña, local o global. Sin embargo, no todos los tipos de liderazgo son igualmente efectivos ni adecuados para las demandas y desafíos de la sociedad e industria actual, y en este contexto el liderazgo basado en el ejemplo cobra una relevancia muy especial. Pero antes de entrar en detalle, ¿tenemos claro que es liderar, en contraposición a gestionar?

Liderar vs Gestionar

El liderazgo y la gestión son dos conceptos que a menudo se usan de manera intercambiable, pero en realidad tienen diferencias significativas:

  • Liderazgo: Se refiere a la capacidad de influir y guiar a un grupo de personas, un equipo, hacia un objetivo común. Un líder inspira, motiva y fomenta la innovación. Los líderes pueden llegar a ser visionarios que ven el panorama general y trazan el camino a seguir.
  • Gestión: Por otro lado, se refiere al proceso de planificar, organizar, dirigir y controlar los recursos de una organización (humanos, financieros, materiales, etc.) para alcanzar los objetivos establecidos. Los gestores se centran en el seguimiento de las reglas, la optimización de los procesos y la eficiencia operativa.

En resumen, mientras que un líder trata de influir y motivar a las personas, el gestor se centra en coordinar recursos y procesos para lograr metas específicas. Ambos son esenciales para el éxito de cualquier organización, aunque no siempre una misma persona es capaz de abordar ambos enfoques.

La importancia del ejemplo

En un post previo ya hablamos del modelo de liderazgo situacional de Hersey y Blanchard (comentado en un post previo), y sus cuatro estilos de dirección que podemos aplicar según el nivel de madurez de nuestros colaboradores y las tareas a realizar. Aqui nos vamos a centrar no tanto en el estilo sino en una faceta que es, si cabe, más relevante: el ejemplo.

Seguro que más de una vez habéis escuchado la frase «haz lo que digo y no lo que hago» (atribuida al filósofo romano Seneca), que además de ser una síntesis perfecta del concepto de hipocresía, también nos ayuda a reforzar una idea clave que todo líder debe de evitar, y focalizar sus esfuerzos en el liderazgo basado en el ejemplo.

Pero ¿qué entendemos por «liderazgo basado en el ejemplo»? Podríamos definirlo como aquel estilo de liderazgo que se basa en la coherencia entre lo que se dice y lo que se hace, y que busca inspirar y motivar a los demás mediante el propio comportamiento y actitud. Un líder que practica este tipo de liderazgo no solo comunica su visión, valores y objetivos, sino que los demuestra con sus acciones, decisiones y resultados. Así, logra generar confianza, credibilidad y respeto entre sus seguidores, y también fomenta una cultura organizacional de compromiso, responsabilidad y aprendizaje.

¿Por qué es importante el «liderazgo en base al ejemplo» en las organizaciones actuales? Hay varias razones que lo justifican.

  • En primer lugar, porque vivimos en un mundo cada vez más complejo, dinámico e incierto, donde los cambios son constantes y las soluciones no son evidentes. En este contexto, las organizaciones necesitan líderes que sean capaces de adaptarse, innovar y resolver problemas de forma creativa y colaborativa, y que puedan transmitir esa capacidad a sus equipos. El «liderazgo en base al ejemplo» es una forma de modelar y estimular esas competencias, ya que implica asumir riesgos, probar nuevas ideas, aprender de los errores y compartir los logros.
  • En segundo lugar, porque vivimos en una sociedad cada vez más informada, crítica y exigente, donde los ciudadanos, clientes y usuarios demandan transparencia, calidad y responsabilidad social a las organizaciones. En este escenario, las organizaciones necesitan líderes que sean capaces de generar confianza, reputación y legitimidad, y que puedan rendir cuentas de su gestión ante los diferentes grupos de interés. El «liderazgo en base al ejemplo» es una forma de construir y mantener esa confianza, ya que implica actuar con honestidad, integridad y ética, y alinear las prácticas organizacionales con los valores declarados.
  • En tercer lugar, porque vivimos en una época de transformación digital, donde el uso de la tecnología ha cambiado radicalmente, y sigue cambiando, la forma de trabajar, interactuar y aprender. En este entorno, las organizaciones necesitan líderes que sean capaces de aprovechar el potencial de las herramientas digitales, y que puedan facilitar el desarrollo y la gestión del talento humano. El «liderazgo en base al ejemplo» es una forma de impulsar y apoyar ese desarrollo, ya que implica estar en constante actualización, utilizar las tecnologías de forma eficiente y responsable, y promover el intercambio de conocimiento y feedback.

En conclusión, el «liderazgo en base al ejemplo» es una forma de liderazgo que se adapta a las necesidades y desafíos de las organizaciones actuales, y que contribuye a mejorar su rendimiento, sostenibilidad y competitividad. Por eso, es importante que los líderes actuales y futuros lo practiquen y lo fomenten, y que las organizaciones lo reconozcan y lo valoren. Solo así podremos crear organizaciones más humanas, innovadoras y responsables.

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